martes, 5 de abril de 2011

Pay Per Press

Lo de pagar por leer los periódicos en la red es una escaramuza más de los cientos que se libran cada día por este motivo. En España hemos sido testigos de la que ha enfrentado a la propia ministra de Cultura con el director general de la Academia de Cine, partidario del gratis total. No lo veían así su jefa ni sus propios compañeros de profesión, que llevan tiempo desgañitándose para que se ponga coto a las descargas ilegales de películas. Su argumentación es simple: es su trabajo y quieren cobrar por ello porque es de lo que viven.

La tendencia es imparable y ha llegado ya al ámbito aparentemente más libérrimo de la red, el del sexo. No hay un solo portal de ´dating´ que no cobre por entrar en sus ficheros. Ni ligar es gratis. Como tampoco lo son las webs especializadas en poner en contacto a los buscan un empleo con las empresas que lo ofrecen (Xing, LinkedIn) o las productoras Fox, Paramount, Sony, Universal y Warner, que cobrarán por el visionado de películas en streaming a través de su nueva plataforma, Ultraviolet. ¿Por qué la prensa tendría que ser diferente? Era cuestión de tiempo que terminara cobrando a los usuarios.

Ahora viene definir cuánto se cobra y por qué cosas: no es lo mismo leer los titulares que acceder a un resumen de los artículos o al propio fondo de documentación del periódico, cada cosa tendrá un precio. Lo que está claro es que, en esta fiesta que es Internet, cada invitado (New York Times, El País, boletines de información inmobiliaria u hojas parroquiales) sabe lo que vale y cobrará en consecuencia. Wikipedia será gratis pero muchas de sus informaciones son un espanto. Por eso, como viene ocurriendo desde siempre, el consumidor que busque fiabilidad y valor añadido, tendrá que pagar.

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