lunes, 14 de febrero de 2011

Mismas caras, diferente discurso



Un nuevo partido persigue la cita del 22 de mayo. Sortu, nombre con el que se ha bautizado, quiere conseguir lo que hace ocho años que la autodenominada izquierda abertzale no logra: concurrir a las elecciones.

Desde la ilegalización en España en 2003 de Batasuna (sucesora de Herri Batasuna) y Euskal Herritarrok al amparo de la Ley de Partidos por su vinculación con la banda terrorista ETA, la izquierda abertzale ha tratado de presentarse a las elecciones bajo diversas marcas: Autodeterminaziorako Bilgunea (AuB) (elecciones forales, navarras y municipales de 2003), Herritarren Zerrenda (HZ) (europeas de 2004), Aukera Guztiak (AG) y Partido Comunista de las Tierras Vascas (PCTV) (vascas de 2005), Abertzale Sozialisten Batasuna (ASB) y Acción Nacionalista Vasca (ANV) (forales, navarras y municipales de 2007) y Askatasuna y Demokrazia Hiru Milioi (D3M) (vascas de 2009). Todas ellas fueron ilegalizadas bajo la Ley de Partidos, excepto el PCTV y, en parte, ANV.

Lo increíble del asunto es que la nueva formación implora el beneplácito de la Justicia ahora que por primera vez asegura rechazar la violencia de ETA, pero lo hace a través de los mismos viejos conocidos que ya fueron vetados. Jone Goirizelaia, Juan José Petrikorena, Pernando Barrena, Joseba Álvarez, Txelui Moreno o Rufi Etxeberría entre otros, colmaron la primera y segunda fila en la presentación de la marca el pasado lunes.

Sin embargo, en un intento de vincular caras nuevas al movimiento, el partido ha buscado portavoces relacionados con el mundo universitario como Iñaki Zabaleta, catedrático de la Universidad del País Vasco o Karmele Agirregabiria, directora de Euskaltegi.

La próxima semana, Interior enviará la documentación sobre Sortu a la Fiscalía para que reclame un fallo a la Sala del Tribunal Supremo. A partir de ahí, la Fiscalía tiene 20 días de plazo para dar carta blanca a una formación cuyos estatutos, desgraciadamente, no sugieren motivo alguno para su ilegalización.




Foto: elpais.com
                                                                                               

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